Todo el mundo quiere esconderse y a mi realmente no me apetece nada. Después de unos cuantos días seguidos saliendo lo único que me apetece es enseñarme y cantar. Esas cosas que se hacen de joven. Bailar y gritar y corretear por las esquinas. Pensaba que había crecido y ahora me doy cuenta de que lo que quiero es jugar con tonterías, plastilina y esas cosas. Salir por las noches aunque solo sea para fumar un porro en algún banco con los mismos amigos de siempre. De relax y conectando. Descubriendo caras de la vida y de las relaciones que no conocía. Sentirme la persona más inteligente del mundo cada vez que estoy un poco colocado. Y conectar, sí, conectar. Es lo que realmente quiero. De ésto que te sientes en armonía con otra persona y no necesitas hablar. Ir más allá sin plantearse por qué sí o si estará mal. Reírte porque sabes que el resto del mundo lo percibe igual que tú lo estás haciendo.
Así que nada, después de haber salido todos éstos días hoy me vuelvo a casa temprano a pajarear en el PC y frikear un rato. Escribir un poco emocionalmente semialterado /barra/ relajado y creerme el puto amo. Luego a cama con Nirvana o algo de John Frusciante y mañana terminamos. Un placer, no el saludaros si no que es un placer vivir. Chau.
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