lunes, 31 de enero de 2011

Oh brother!



Cualquiera tiene un bajón. No sé. Tampoco quiero parecer depresivo porque para nada lo he sido nunca. Pero hoy lo tengo. Sin motivo alguno. De todo y nada. De tu vida. De la que no tienes. Por la angustia. Es por el pecho. Te oprime. Y cada respiración se hace interminable y no sabes por qué. Y en el fondo lo sabes, o deberías saberlo. Solo tengo ganas de una peli de los Coen. De las que no te hacen reír. Una de esas de escenas interminables con sonido de teclas de piano. Un placer.

jueves, 20 de enero de 2011

Whatever



Da que pensar y te hace rectificar. Al final todo es verdad. Se acaba influyendo en las personas. En los sentimientos y en las sonrisas. Tenemos grandes responsabilidades y tenemos que estar preparados para afrontarlas. Alguien se sincera, te abre el corazón y te das cuenta de que no estás solo. De que la gente siente y piensa por la noche igual que tú lo haces cuando nadie te mira. Tener un poder así abruma no crees? lo mejor es terminar con un beso. Nada mejor. Nada más sincero. Hasta la próxima.

miércoles, 19 de enero de 2011

Heart in a cage



Realmente asqueado y realmente arrepentido. Arrepentido de haber dado lo mejor de mi. Asqueado de haber desperdiciado miradas y besos, parte de mi alma. Realmente contrariado por prestar mi inspiración a verdaderos sentimientos para luego descubrir que aunque verdaderos, no eran más que veneno. Veneno que circula aún hoy por mis arterias haciéndome odiar todo lo que tenga que ver con ella.


Miente el que grita: no me arrepiento de nada! Dice la verdad la parte cínica que hay en ti. Esa que mantiene que no has ganado nada con todo aquello. Que lo único que conseguiste fueron sinsabores y amargura. Esa parte de ti que quiere quedarse con lo malo. Porque lo bueno da asco. Lo bueno se olvida. Lo bueno no se queda grabado a fuego en la piel como el tatuaje que han ido formando los daños. Lo bueno te da náuseas y los recuerdos que llegan de esa parte solo hacen que quieras romper fotos y borrar archivos. Provoca que odies todo lo escrito porque no lo merece. Ni una línea. Ni un maldito párrafo. Hace que quieras quemar tus mejores libros y garabatear hasta romper las hojas donde están escritas las partituras de las canciones que eran de los dos. Lo bueno duele. Lo bueno hace crecer la herida.


Mientes si dices que no te arrepientes. Mientes. Dí la verdad y escupe en el recuerdo porque no harás nunca nada tan sincero.


El hombre es rencor. El hombre es arrepentimiento. Seamos auténticos.

sábado, 15 de enero de 2011

Dirt



3.52 que comienzo a escribir. Pulsando las teclas despacio teniendo cuidado de que nadie se despierte. Suena Hurt. Suena Johny Cash. Suena el trueno. Suena profunda. Suena en mis entrañas. Suena en mi cerebro. Suenan la tormenta en mi interior. Y como me cuenta, es lo único real. Pero comienza el piano. Galopante. Como un martillo. Y me habla de dulces amigos y mis dedos aceleran. Da igual. Solo importan los relámpagos que energizan mi corazón y la rabia. Y habla de empezar. Lejos. Buscando cambio. Buscando encontrarse. Y todo sale directamente. Visceral. Conversión y decepción. Imperio y dolor. Amor. Gloria. Posesión. Encontrar el camino.

domingo, 2 de enero de 2011

Avería y redención #1


Quieres demostrar que no eres lo de siempre. Que eres mejor que toda esa basura que rueda por las calles en las madrugadas. Y al final te acabas comportando como ellos. Haciendo las mismas cosas que prometiste nunca hacer y las que criticabas delante de todo aquel que estuviese dispuesto a escucharte.

Y terminas hiriendo a los de siempre. A las personas que no deberías. A esas que te creen a pesar de que saben todos los secretos que harían a cualquiera echar a correr sin ni siquiera hacer el amago de darse la vuelta.

Y aún así te sientes mal sin derecho. Es tu culpa y tu condena. La penitencia por no ser auténtico y no haberte comportado como eres en realidad. Y desesperas tirado en cama pensando "que distinto hubiese sido si..." pero el condicional no tiene lugar. Pasó y en vez de tirarte de los pelos tienes que pedir perdón, convencer con hechos y no con palabras y esperar simplemente que las sonrisas que antes te dedicaban vuelvan a brillar en noches de frío y de resaca. Duro. Tengo claro que merece la pena.