Cambio de título y cambio de sentido. Y no, nada tiene que ver uno con la otro. A veces las cosas se hacen así, sin pensar, sin meditar, sin sopesar, sin rumiar, sin vomitar. Me gusta despertarme de una siesta y frotarme la cara. No eso tampoco lo había pensado. Me gusta poder salir a la calle dando saltos. Sí ,amigo aciertas, eso tampoco lo había meditado. Me gusta hablar sin parar hasta darme cuenta de que no me doy cuenta de lo que digo. Y sí, no me doy cuenta de lo que escribo. Me gusta aspirar el humo de un cigarrillo y notar como el que aspira en realidad es el cigarrillo. Aspira mis segundos, mis minutos y mis horas. Todas hieren, la última mata. Y sí! todos acertáis. Tampoco eso lo había sopesado. Me gusta inhalar vidas en un beso...o dos o tres o 16 millones, y cuando lo hago no rumio y mucho menos se me ocurriría vomitar.
Y recuperando el texto unas horas después así seguimos, sin pensar. A ritmo de palmas de tormenta y de tiempo. No pienso y no lloro por ello. Y me gusta. Sí me gusta. Ir sin pensar. Como cuando caminas por la calle y te das cuenta de que te has pasado de destino. Como cuando conduces y no te fijas en el camino. Y lo bueno es eso, no fijarse. No fijarse y sorprenderse a cada paso de hasta dónde has sido capaz de llegar y....oh! es todo nuevo! al menos lo parece. Oh! esto se acaba! y me he dado cuenta de que ha pasado media vida y los recortes que acumulo en mi libreta son todos improvisados.
Sigamos recortando con unas tijeras infantiles. De esas de punta redonda. Que ya sabeis...es lo que mola.
Y recuperando el texto unas horas después así seguimos, sin pensar. A ritmo de palmas de tormenta y de tiempo. No pienso y no lloro por ello. Y me gusta. Sí me gusta. Ir sin pensar. Como cuando caminas por la calle y te das cuenta de que te has pasado de destino. Como cuando conduces y no te fijas en el camino. Y lo bueno es eso, no fijarse. No fijarse y sorprenderse a cada paso de hasta dónde has sido capaz de llegar y....oh! es todo nuevo! al menos lo parece. Oh! esto se acaba! y me he dado cuenta de que ha pasado media vida y los recortes que acumulo en mi libreta son todos improvisados.
Sigamos recortando con unas tijeras infantiles. De esas de punta redonda. Que ya sabeis...es lo que mola.