Generalmente cuesta hablar de cosas sentidas. Sería mucho más fácil contar trivialidades que a nadie le importasen, por eso prefiero contar cosas sentidas que a nadie le importan. Por eso me paso un buen rato al día tratando de sentir y de entender algo. Hablas para sentir y comes para sentir, todo esto mientras entras y sales de relaciones todo para sentir. Sentir, sentir, sentir! toda una obsesión. Follas, sales, conoces y acabas dándote de hostias con alguien, para sentir. Bebes para que pase algo y vas de bar en bar para sentir a la próxima persona de un planeta que no te espera. No da respiro.
A veces pienso que la gente es gilipollas. Soy sincero, no miento. Corren de aquí para allá sin pararse a pensar en las otras personas con las que se cruzan por la calle. Si también sienten o simplemente quieren llegar a casa y quitarse los calcetines para ver la televisión.
Cuando uno quiere sentir y dejarse llevar por el mundo se encuentra con que le han puesto en el equipo de los subnormales y resulta que el raro eres tú. Así es imposible. Quique os odia a todos.